Tratamiento

El tratamiento de la infección aguda por rotavirus no es específico y consiste en la gestión de los síntomas y, lo más importante, mantener la hidratación. Si no se trata, los niños pueden morir por una grave deshidratación. 

Dependiendo de la gravedad de la diarrea, el tratamiento consiste en rehidratar oralmente, dando al niño un exceso de agua para beber que contiene pequeñas cantidades de sales y azúcares o se administran líquidos por vía intravenosa por goteo o sona neogastrica, mientras se controlan los electorlitos del niño y el azúcar en sangre. Las infecciones por rotavirus raramente causan otras complicaciones y para un niño muy controlado, el pronóstico es excelente.